Hoy, gracias a Devir os traemos la reseña de la edición de viaje de Catán.
Catán es una de las joyas de la corona en lo que a juegos de mesa se refiere, pocos jugadores no lo conocen y muchos se han iniciado en los juegos de mesa por él, obviando el parchís. Desde que Klaus Teuber creó Settlers of Catan, allá por 1995, éste ha tenido multitud de ediciones, expansiones y ha sido traducido a muchísimos idiomas.
En Catán tendremos que lograr exprimir los recursos de la isla homónima para conseguir ganar compitiendo con los demás jugadores.
20 años después de su primera edición aparece Catán edición de viaje, una reedición del clásico Catan para 2-4 jugadores, ideal para llevarnos en la maleta o jugar al aire libre, gracias a su reducido tamaño y a las modificaciones que se le han hecho para ello.
Contenido
Si quieres saber lo que contiene sin leer demasiado, puedes ver nuestro vídeo del unboxing:
Lo primero que nos llama la atención es su caja: una caja trapezoidal ¡con asa! Sí, como lo leéis, tiene un asa para poder transportar el juego. 🙂
Los componentes son más pequeños que los de Catán y están preparados para viaje. Pero no sólo para viajar con ellos, sino para jugar mientras se viaja o se está al aire libre. La caja ocupa la mitad que la de su hermano mayor y consigue que los elementos no se muevan mientras se juega.
El tablero sigue siendo un hexágono, pero esta vez se monta sobre una estructura de plástico que lleva cajones para guardar nuestras fichas. Las cartas tienen sus cajitas portacartas. Los dados tienen su propio cubilete en el que tirarlos y el tablero tiene huecos para encajar caminos y asentamientos y que no se muevan.
El tablero se monta más fácilmente que en la versión clásica: no hay que colocar cada hexágono individual por separado, ni poner las fichas de números en el centro. Existen varias secciones de tablero, cada una por las dos caras, que nos permite crear diferentes disposiciones. No tiene tantas posibilidades como el Catán grande, pero son suficientes para una versión de viaje.
Ya sabes cómo se juega
Quizá contar cómo se juega a Catán sea un poco de perogrullo. Cada jugador juega con un color de fichas y lucha por llegar a 10 puntos. Ganará el primero que lo consiga. Para ello tendrá que construir carreteras y asentamientos (ciudades y poblados), intentando explotar las materias primas que estén a su alcance. Ayuda también tener la mayor carretera o el ejército más grande para sumar puntos.
Y es que si sabes jugar a Catán no necesitas leer las reglas de la edición de viaje. En ese caso, de las instrucciones conviene leer cómo se guarda todo en ese reducido espacio.
Además tiene una versión para 2 jugadores incorporada. Para jugar 2 jugadores se usan unas reglas parecidas al juego para 3-4 jugadores, incorporando las cartas de comercio (incluidas) y los jugadores neutrales, que serían los colores que no se usan.
La versión para 2 jugadores parece una opción lógica para una versión de viaje, así que es una muy buena idea incluirla.
Diferencias con Catán, edición grande
- La caja de Catán viaje ocupa más o menos la mitad que la de Catán clásico y lleva asa.
- El tablero es una estructura con cajones en los que guardar las fichas de caminos y ciudades, y montarlo es mucho más sencillo y rápido.
- Se pierde la personalización total que tiene Catán clásico por tener los trozos de tablero hechos.
- Las fichas de caminos y asentamientos se pueden encajar en los huecos del tablero para evitar que se muevan.
- Los dados se tiran dentro en un cubilete que no se puede abrir, evitando perderlos.
- No se pueden usar las expansiones de Catán. Sencillamente no son compatibles.
- Las cartas de materias primas tienen cajitas contenedoras con pestaña para que no se salgan, por ejemplo con viento o los traqueteos del tren.
- Tiene unas reglas para 2 jugadores, ideal para los que viajan en pareja.
Opinión y más
Catán es vilipendiado por el intensivo uso del azar en sus partidas: casi todo está determinado por los dos dados. Es cierto, que tiene un gran componente de suerte, pero los jugadores tendrán que saber desenvolverse con lo que tienen, comerciar con otros jugadores y conseguir una estrategia que les haga ganar. Es verdad que según los astros, la velocidad del viento y la fuerza con la que se lanzan los dados hará que algunos jugadores tengan superávit de algunas materias primas, pero comerciar, expandirse y usar los recursos depende de la astucia del jugador y no sólo de su suerte.
Uno de los problemas de los jugadores de mesa es que solemos llevar a cuestas bastantes juegos en nuestros viajes, que no ocupan poco precisamente. Si vamos justos de espacio, optamos por uno o dos juegos grandes y rellenar huecos con juegos más manejables. Hay quien opta por hacerse la versión de viaje DIY (do it yourself) y se deshace del aire que traen algunas cajas. Aparte de que muchas cajas no están hechas para viajar y se terminan desparramando los componentes. Bien, pues esto no pasa con esta edición de Catán que está pensada exactamente para eso.
¿Si ya tengo Catán merece la pena tener este? Depende. Si viajas o juegas al aire libre: tienes que hacerte con una copia. Tiene una jugabilidad similar a Catán y está preparado para más trote que la versión grande.
¿Si no lo tengo me compro la edición viaje o la normal? También depende para lo que lo vayas a usar. Si juegas en un entorno controlado y no lo vas a mover mucho, te diríamos que optaras por la versión clásica, que además tiene muchas expansiones compatibles. Si eres más aventurero, sin duda lánzate en caída libre a por Catán de viaje.
Si quieres saber más sobre Catán o votarlo puedes visitar la página de Garesys de Catán Edición de Viaje.