Dos mujeres y un hombre, vestidos con batas blancas, están sentados en una mesa con un cuenco de céntimos en el centro. Cada uno de ellos tiene un pequeño montón de céntimos y un formulario. Delante de la mujer de mayor edad hay una tarjeta con las palabras “Una máquina de algodón de azúcar” escritas en ella.
"... y mi padre me miró y dijo: «Si no quieres subir a la montaña rusa no pasa nada. Puedes esperar aquí, junto al carrito de los caramelos, mientras me subo con tu hermano»", dice la mujer de mayor edad. "Estaba asustada". El recuerdo hace que le tiemble la voz.
Su expresión se vuelve neutra, se gira hacia el hombre y le pregunta: "¿Qué hice o dije?", ofreciéndole el único céntimo que tiene delante. El hombre se lo piensa durante un momento, con el ceño fruncido. Mirándola, le responde: "Dijiste «No, quiero ir con vosotros»".
Se gira de nuevo, esta vez hacia la mujer más joven, y dice: "O fue...", ofreciéndole el mismo céntimo.
Y esta le responde: "Te quedaste junto al carrito de los caramelos, comiendo algodón de azúcar".
La mujer se lo piensa durante unos instantes antes de volver a hablar: "Sí, ahora recuerdo. Dije «No, quiero ir con vosotros»". Le da el céntimo al hombre mientras continúa: "Y me lo pasé genial. Fue muy emocionante, un momento maravilloso. En ese momento supe qué quería hacer en mi vida. Y eso es lo que recuerdo".
La mujer sonríe mientras lo escribe en su formulario: "Cuando pienso en máquinas de algodón de azúcar, recuerdo cómo descubrí lo que quería hacer con mi vida. Nunca había sentido algo parecido". La mujer termina de hablar y coge un céntimo del cuenco.
"Un céntimo por mis pensamientos”, dice.
Un Céntimo por mis Pensamientos es un juego de rol sin director, centrado en la improvisación, para grupos de tres a cinco jugadores. Cada uno de los jugadores interpreta a una persona con amnesia que debe apoyarse en el grupo de terapia para descubrir el trauma que lo llevó a su estado actual.
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