Los vikingos regresan de su última correría cargados con brillantes y resplandecientes joyas. Con grandes cánticos de júbilo descargan los tesoros obtenidos y comienzan rápidamente con el reparto del botín. Lo importante ahora para los vikingos es conservar la cabeza bien fría y no decidirse con demasiada rapidez por los objetos del reparto, porque puede que los tesoros más valiosos arriben a puerto más tarde en otro barco...
Por favor, entra en Garesys para comentar. ¡Estamos deseando conocer tu opinión!